El efectivo es el medio de pago al que siempre volvemos. Especialmente en momentos de crisis e incertidumbre, como el actual, muchas personas sienten que tocando y contando el dinero tienen un mayor control sobre sus finanzas personales.
Y parece que esto se refleja en la realidad: según datos del Banco de España, aunque el uso de los pagos digitales continúa aumentando, el efectivo es el medio que la mayoría de los españoles utiliza para sus compras diarias. Un cambio de modelo respecto a la previsión de un futuro sin efectivo que muchos auguraban hace unos años.
En estas circunstancias, los bancos, como guardianes y proveedores de ese efectivo, son responsables de garantizar que éste está disponible para los usuarios siempre que lo necesiten. Lo hacen a través de las sucursales y los cajeros, por supuesto.
Las primeras, si bien la tendencia parece haberse frenado en los últimos años, siguen reduciéndose; mientras que el cajero, por su parte, aumenta su relevancia en cuanto a punto de contacto principal para esa extracción de efectivo, y lo es en especial en zonas rurales o más alejadas del núcleo urbano, donde se convierte en el único acceso físico a estos servicios de efectivo.
Pero la gestión del dinero no es barata, requiere de unos procesos, tecnología y logística que las entidades deben equilibrar con la responsabilidad por dar servicio para mantener su rentabilidad.
Y ser más rentables pasa, aunque pueda parecer contradictorio, por la inversión en la modernización de ese parque de cajeros muchas veces obsoleto en favor de equipos más modernos y eficientes que ofrezcan más servicios –algunos incluso que puedan sustituir el servicio en esas oficinas inexistentes mediante conexiones por videollamada y servicios adicionales- y, en cualquier caso, que lo hagan de manera más eficiente, lo que pasa, en en lo que se refiere al acceso al efectivo, por la tecnología de reciclado.
Reciclar también el dinero
El reciclado de efectivo es tan sencillo como utilizar el efectivo depositado en un ATM para retiradas de efectivo por otros usuarios. Esto evita la necesidad de que el dinero sea recogido, procesado y redistribuido por las empresas de servicios auxiliares (transportes de seguridad especialmente), mientras garantiza además que ‘siempre habrá billetes’ para los clientes.
Gracias a estas máquinas recicladoras, la necesidad de reemplazar los cassettes donde se guarda el efectivo dentro de la máquina se reduce en un 75%, y las visitas de estos transportistas del dinero efectivo se reducen en unas 156 al año. No solo un gran ahorro económico, sino también medioambiental, ya que gracias a ello se reducen en gran medida las emisiones asociadas a la logística, ayudando a la entidad en sus políticas de descarbonización y ESG.
Se trata de máquinas mucho más sofisticadas que una simple ranura que permite la entrada y salida de los billetes. Los nuevos desarrollos digitales también garantizan que el efectivo se almacena de forma segura, que se monitoriza adecuadamente y, sobre todo, permiten la automatización completa del ciclo de efectivo.
Gracias a estas capacidades, los puntos de autoservicio son capaces de gestionar transacciones más fácilmente y a un coste más bajo, incluso cuando están situados en sucursales con personal de atención, ya que permiten a los cajeros humanos dedicar sus esfuerzos a ofrecer un mejor servicio proactivo y personalizado.
Equipos nuevos, más eficientes y eficaces
Estos sistemas de reciclado de efectivo automatizado pueden funcionar de manera integrada en el ATM o como una unidad de reciclado independiente y adyacente al propio cajero. A la hora de implementar estas máquinas de reciclado de efectivo, o integrar este dispositivo en las redes existentes, es fundamental contar con un partner experto que les ayude a crear eficiencias en su gestión y mantenimiento.
Desde Auriga facilitamos la integración gracias a nuestra solución de gestión de cajeros automáticos WWS ATM que se implementa fácilmente en cualquier combinación de cajeros automáticos compatibles con WOSA/XFS, terminales de depósito en efectivo, recicladores de efectivo y dispositivos de quiosco.
Sus beneficios probados en la reducción de los costes operativos y tecnológicos, son fundamentales para avanzar en esa evolución del panorama de servicios financieros que, seguro, no parará aquí.
Ya hemos visto muchos ejemplos de ello y de su buen funcionamiento en dispositivos situados en zonas de alta densidad de tránsito y alta probabilidad del uso de efectivo, como hipermercados. En ellos, el dispositivo actúa como recolector y distribuidor de dinero al mismo tiempo, creando así oportunidades para una gestión más eficiente. Y en 2025 veremos cada vez más.
Más información sobre soluciones para optimizar la gestión de efectivo en la sección de manejo del efectivo.