Madrid, 9 de Julio 2024– En la banca, como en el resto de sectores industriales y en la sociedad, avanzar hacia la sostenibilidad es uno de los principales retos para la próxima década. Es cierto que muchos plantean en sus estrategias la necesidad de transformar su operativa y procesos hacia una menor huella de carbono o, mejor, hacia el net-zero antes de 2050, pero, según un informe de Accenture, aunque la mayoría de las grandes entidades del mundo está comprometida con ello, solo alrededor de un 12% está consiguiéndolo hasta el momento.
La compañía Auriga, proveedor de software líder para el sector de la banca y de pagos ha realizado un análisis sobre cómo una mejor gestión de las aplicaciones y usos del efectivo puede suponer un salto cualitativo en sostenibilidad para los bancos. Estos son los aspectos clave a tener en cuenta:
- El dinero en sí: El uso de efectivo genera, sí emisiones, pero son menos de las que podemos pensar. Por ejemplo, una transacción en efectivo genera menos de 5kg de CO2 comparada con los 200g de CO2 emitidos para producir una chocolatina de 40gr, según un estudio del Dutch National Bank. Las casas de la moneda de todo el mundo trabajan para lograr una reducción de las emisiones mediante procesos de producción que utilicen menos agua y con energías renovables. A día de hoy, el dinero es totalmente reciclable, además de que muchos de los nuevos billetes ya se fabrican a partir de productos de algodón y su durabilidad permite que puedan permanecer en la cadena de suministro durante años.
- Los cajeros: El Banco Central Europeo estima que el 37% del impacto medioambiental de los billetes de euro es atribuible al consumo de electricidad de los ATM. Es fundamental, por tanto, avanzar hacia una renovación de estos dispositivos por nuevos modelos que consuman menos energía (por ejemplo que usen iluminación LED de bajo consumo, sensores ambientales de luz o componentes electrónicos más eficientes).
- La tecnología en general: Parece natural asumir que la banca electrónica, por su naturaleza sin oficinas, sin necesidad de proveedores de dinero en tránsito o papel, es más ‘verde’, pero lo cierto es que los servicios digitales dependen de un considerable consumo energético para alimentar el software y el hardware que alimentan el procesamiento de los datos y su gestión. La incorporación de tecnologías como la IA, si bien práctica y eficiente, también requiere una capacidad aún mayor de los centros de datos hasta, prácticamente, doblar el consumo de energía de los datacenters en todo el mundo. Sin olvidar el incremento del uso de agua utilizada para la refrigeración de estos sistemas (un centro de datos ‘mediano’ puede consumir diariamente tanta agua como 100.000 hogares, según un estudio realizado en EEUU).
- El transporte: Tras el consumo de energía de los cajeros, el segundo mayor contribuyente a la huella de carbono del dinero son los servicios de cash-in-transit o distribución de efectivo a las sucursales y cajeros. Es fundamental por tanto avanzar en el uso combustibles zero como la electricidad o el hidrógeno verde, pero también en la eficiencia de los trayectos. Se puede conseguir mucho utilizando analíticas predictivas y herramientas para determinar de manera unívoca los servicios necesarios y los niveles de efectivo para cada cajero, optimizando toda la planificación de trayectos. Los cajeros recicladores pueden contribuir también a que las visitas de los CIT puedan llegar a reducirse en más de 150 al año, con lo que se podrían llegar a ahorrar hasta 1700 kg de CO2 por cajero y año.
Inversión eficiente para la eficiencia verde
“Si se quieren conseguir los Objetivos de Desarrollo Sostenible o, al menos, los objetivos de sostenibilidad particulares de cada entidad, es necesario empezar por una revisión profunda acerca de las emisiones totales de todos los procesos y continuar por un compromiso realista y eficiente con tecnologías de automatización, una mejor planificación de los procesos y, por supuesto, energías verdes”,
explica Ángel Arenillas, country manager de Auriga para España y Portugal.
Por otra parte, la estrategia de ATM-as-a-Service (ATMaaS) de Auriga está diseñada para mejorar la experiencia del consumidor, la seguridad y para liberar recursos de la entidad financiera y optimizar los costes operativos, ya que externaliza al completo la gestión de la flota de ATMs desde el aprovisionamiento, distribución y operación hasta la instalación, mantenimiento, seguridad, conformidad y gestión del efectivo.
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